domingo, 5 de agosto de 2012


Todavía no caigo, un año, doce meses, trecientos sesenta y seis días. Hace un año (dentro de unas horitas solo), esa entrada, ese pedazo de cartón, sísí, ese que a mi me hizo tan feliz, ERA MÍO. Hace un año la cuenta regresiva comenzó, esa que empezó en sesenta y siete y llegó de repente a una semana, seis días, cinco, cuatro, tres, dos, uno, y en menos de lo que me imaginé, estaba ahí, frente a Cobra Starship, cantando a los saltos. Después, empezó esa cuenta regresiva de quince minutos. No podía creer, los sesenta y siete días pasaron volando y los quince minutos no terminaban más, se puede decir que fueron los más largos de mi vida, por decirlo de alguna forma...
Hace un año me encontraba enloquecida, enroscada en una mezcla de felicidad (ya que sabía que mi ídolo iba a pisar mi país), miedo (de no llegar a conseguir la entrada que yo quería) y finalmente emoción, al leer ese mail que me dio tal tranquilidad, ya que sabía que iba a ir a verlo. Pero por dentro temblaba y no dejaba de imaginarme como sería ese día.
Y ahora, después de un año, estoy relatando la alegría que me dio saber que la entrada era mía, que, dentro de días, me la entregarían y la tendría al fin en mi mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario