viernes, 31 de agosto de 2012

Hoy, después de tantos años, volví a escuchar su voz de nuevo. Nesitaba hacerlo, era algo que venía queriendo hacer hace un (largo) tiempo, pero por una razón o por otra no podía, el momento no lo indicaba, y, aparte, paso todo muy rápido.
Pensar que hace cuatro años, ahora estaba con ella, y ahora no puedo esperar a que empiece la semana (cosa que nunca quiero que pase) para volver a verla de nuevo.
Hablar con ella hoy, le dio felicidad a este día, le dio sentido. Hoy se dibujó en mi cara una sonrisa con una felicidad que nunca antes (desde que tengo uso de razón) había sentido. Le dio alivio, me sentí relajada de poder tener contacto con ella después de tanto tiempo. Antes me sentía inquieta, incómoda, angustiada, pero no perdía las esperanzas de que, si yo lo deseaba mucho, la vería de nuevo. Y se ve que todo pasó como tenía que pasar para que el día de hoy vuelva a escucharla. Si ella está feliz, yo lo estoy.

domingo, 19 de agosto de 2012

Dieciséis de Noviembre, llegá rápido


El Sábado once, por la noche, compré las entradas para ir a verla. El Martes catorce por la tarde, las tuve en mis manos. Estoy tan feliz, no puedo creer que voy a verla, a ella, a la mismísima Lady Gaga. La que me acompañó tantas noches con sus canciones, la que me enseñó que soy hermosa a mi manera, que no me tiene que importar lo que los demás digan, que tengo que ser tal como soy.
La cuenta regresiva comienza :D


martes, 14 de agosto de 2012

Un día como hoy, diez años atrás...

Diez años pasaron ¿Quién diría que dentro de diez años estaría contándolo como una anécdota?
Hace diez años me encontraba internada, sin saber que estaba pasando. Ya ni recuerdo si sentía dolor alguno en ese momento. Hace diez años comenzó la terrible pesadilla, esa que me enseñó tantas cosas, tantos valores. Esa que me costó tanto superar. Esa que hoy cuento con tanto orgullo.
Tan sólo cuatro años tenía cuando cientos de preguntas rondaban dentro mío: ¿por qué estamos acá? ¿qué pasó? ¿cuándo volvemos a casa? ¿por qué me pinchan tanto? ¿qué me van a hacer?  y ¿por qué?  ¡me quiero ir!
Cuatro años tenía cuando los pelos se me fueron yendo de la cabeza hasta quedarme completamente pelada. Cuatro años tenía cuando mi ojo izquierdo fue evolucionando día a día hasta ser lo que hoy es, y lograr que me importe poco y nada que me miraran en la calle, en la escuela, en la vida. Lograr no llorar cuando me mirasen, me preguntasen que me pasó o cuando se burlaban de mi. Hoy en día entiendo que, tan solo, es algo estético que no define que tipo de persona soy.
Pero después de todo, la vida se trata de eso, de luchar día tras día, enfrentarse a cosas que, aunque uno no quiere, suceden, superar cada obstáculo que se presente, vivir la vida, vivir el hoy.
Mi mamá me dice: cada cosa tiene su causa y su consecuencia, todo ocurre por y para algo en la vida.

domingo, 5 de agosto de 2012


Todavía no caigo, un año, doce meses, trecientos sesenta y seis días. Hace un año (dentro de unas horitas solo), esa entrada, ese pedazo de cartón, sísí, ese que a mi me hizo tan feliz, ERA MÍO. Hace un año la cuenta regresiva comenzó, esa que empezó en sesenta y siete y llegó de repente a una semana, seis días, cinco, cuatro, tres, dos, uno, y en menos de lo que me imaginé, estaba ahí, frente a Cobra Starship, cantando a los saltos. Después, empezó esa cuenta regresiva de quince minutos. No podía creer, los sesenta y siete días pasaron volando y los quince minutos no terminaban más, se puede decir que fueron los más largos de mi vida, por decirlo de alguna forma...
Hace un año me encontraba enloquecida, enroscada en una mezcla de felicidad (ya que sabía que mi ídolo iba a pisar mi país), miedo (de no llegar a conseguir la entrada que yo quería) y finalmente emoción, al leer ese mail que me dio tal tranquilidad, ya que sabía que iba a ir a verlo. Pero por dentro temblaba y no dejaba de imaginarme como sería ese día.
Y ahora, después de un año, estoy relatando la alegría que me dio saber que la entrada era mía, que, dentro de días, me la entregarían y la tendría al fin en mi mano.

jueves, 2 de agosto de 2012

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.